Nuevo Año, recién desembalado, reluciente. Páginas en blanco, olor a limpio.
Y si nos atrevemos a ir más allá del ruido, del bullicio, de la resaca de la fiesta…en ocasiones nos adentramos en un silencio que da paso a un interrogante: por qué sigo sin hacer tal cuestión, o por qué continúo actuando aquella otra que no debo? Los denominamos comúnmente “propósitos de año nuevo”, como restándoles importancia o dando por hecho que sólo lograremos mantenerlos durante unos días o, en el mejor de los casos, durante unas semanas.
* Calendario de Lucía Photography
Realmente hay formas de actuar (o de no hacerlo) que nos impiden llegar a objetivos que deseamos. Hay veces que nos los llegamos a plantear en alguna ocasión, y otras muchas…ni siquiera fuimos lo suficientemente valientes para hacerlo.
Efectivamente: si te atreves a escuchar ese silencio…a mirar en tu interior…descubrirás que…tal vez una falta de autoestima de está impidiendo tener una relación amorosa como te gustaría, o que un exceso de autocrítica no te permite realizar la labor profesional que más te haría feliz…quizás descubras que estás repitiendo patrones que otros te marcaron en su día.
Janus, Jano, deidad romana que marcaba los inicios y los finales, los cambios de ciclo, y en cuyo honor nombramos a nuestro actual primer mes del año, nos anuncia, a través de 2 caras unidas por la oreja (la escucha), que nos encontramos ante un momento en el cual debemos mirar hacia atrás, aprender de nuestros errores, y hacia delante, donde se encuentran nuestros objetivos.
Entremos en este nuevo ciclo, analizando qué tenemos que resolver del ciclo anterior, para lograr lo que deseamos lograr.
Una de las áreas de nuestro hogar que habla de estas cuestiones es la de Saber y Cultura, también denominada por algunos autores como Montaña.
Si deseamos detectar la semilla del bloqueo, es buena idea analizar cómo se encuentra esta zona, qué elementos, colores, materiales hemos ubicado en la misma, y si están en armonía con nuestro horizonte.
Al fin y al cabo, ser consciente de mi propia ignorancia, es el primer paso hacia la sabiduría.