Habíamos escuchado sobre Feng Shui a amigos, pero desconocíamos la esencia del mismo. Nos apetecía cambiar la decoración de algunas salas y tuvimos la fortuna de encontrar a Larum en nuestra búsqueda.
Primero nos hicieron un mapa (lo que ellos llaman, mapa bagua) tras visitar la casa. Tomaron algunas medidas, observando muros, ventanas, puertas, objetos, posición de muebles, colores… Nos pareció muy interesante, sobre todo porque nos hacían apuntes increíbles para alguien que nos acababa de conocer: “Tenéis que mejorar vuestra sala de riqueza y prosperidad, debemos potenciarla”, nos dijeron (justo cuando andábamos delicados en ese aspecto), o “¿qué representa para ti este objeto?” el típico regalo que no nos gustaba pero que teníamos colgado en alguna parte oculto. Tras esa primera visita, ya nos quedó claro que nuestro hogar no era nuestro del todo.
Quedaron en valorar la situación y proponernos medidas a tomar. Nos reunimos días más tarde y lo que nos propusieron eran cambios lógicos. Nunca habríamos pensado que externamente alguien pudiera mejorar el aspecto de lo que nosotros habíamos diseñado con tanto esfuerzo y que pensábamos era la mejor manera. Y lo mejor estaba por venir. Cada vez que cambiábamos un color, o un objeto, o una sala, nuestras vidas empezaron a moverse vertiginosamente.
Recuerdo estar sentada frente a un objeto llorando a moco tendido mientras tenía al teléfono a Charo, que me hacía preguntas tan neutras y sutiles como “¿qué representa para ti este objeto? ¿qué te hace sentir?”. Lo bueno, además, es que Larum no necesita las respuestas a esas preguntas. Tú misma te las das. Larum te acompaña y te ayuda a mejorar.
El camino hacia la renovación de la casa nos hizo encontrar el camino hacia la propia renovación y, aún hoy, perduran las enseñanzas de Larum. Dejamos ir lo viejo, lo que no usamos, lo que nos produce malas sensaciones… y nos hemos abierto a los espacios bellos, los que nos hacen sentir bien cada vez que entramos en una sala de las que habitamos. Porque al final, el hogar de uno es su propio interior, sus sentires, sus emociones. ¡Cuánto guardamos que no nos sirve! A cuántas cosas nos aferramos para no prosperar…
Este contacto personal con Larum y el cambio que realizó en nuestras vidas, me hizo además incluir el Feng Shui Iniciático en mi práctica profesional. Me dedico a las mujeres embarazadas y el ofrecer este conocimiento a la mujer para que analice el lugar donde vive, donde va a criar a su bebé, me parece esencial. Del mismo modo he percibido cambios positivos al habilitar con esta técnica los espacios donde trabajo o mantengo mis consultas. Es increíble lo que un sencillo cambio de ubicación o color puede hacer.
Larum es definitivamente recomendable. Su equipo es amable, discreto y atento. El Feng Shui Iniciático es una herramienta única, precisa y muy valiosa más allá de la decoración.
Gracias Larum por ayudarnos a ver.
Raquel Murillo,
www.nacimientofeliz.com