El baño es un espacio destinado a nuestra limpieza personal, y además está preparado para dejar ir aguas residuales. Antiguamente, por cuestiones de infraestructura, se ubicaba en el exterior de la casa.
Afortunadamente, hoy en día disponemos de la comodidad de tenerlo cerca, lo cual es muy de agradecer, aunque energéticamente presente algunos inconvenientes.
Desde el punto de vista del Feng Shui, son espacios que tienden a acumular energía tipo ‘agua’, ya que el elemento que más abunda en ellos, es, de hecho, el agua y tipo ‘metal’ porque habitualmente, utilizamos mucho el color blanco brillante; es decir, movimientos energéticos descendentes y contractivos.
Para equilibrar este exceso de pérdida energética, que se podría traducir según en que área tengamos nuestro baño, en pérdidas económicas o problemas de salud, entre otros, podemos tomar algunas sencillas medidas que nos ayudarán:
- Minimizaremos el descenso energético manteniendo la tapa del WC siempre cerrada, así como la puerta del baño y los desagües de las tuberías (lavabo, bañera, etc).
- Es importante introducir muebles o accesorios de madera, que compensarán el exceso de agua.
El color verde, las rayas verticales, los tejidos de origen vegetal (incluidas cestas de mimbre) o las flores y plantas (siempre que no sean tipo cactus) también son válidos para este propósito, así como pinturas o fotografías que representen un bosque o similar.
Existe una delgada linea entre sensación de limpieza y sensación de frialdad. Debemos estar atentos.
- El elemento ‘tierra’ también nos ayudará a ‘estancar’ el exceso de agua: lo podemos incluir mediante colores amarillos o terrosos, piezas de cerámica, barro cocido o adobe.
Si añadimos una alfombra; ésta no tiene por qué ser de pelo. Existen otras muchas alternativas, de bambú, fibras naturales, o de tejidos ligeros y de fácil mantenimiento.
Otra opción es utilizar representaciones gráficas de un campo o un paisaje desértico.
- También es importante añadir ‘fuego’, que equilibrará el exceso de ‘metal’: alguna lámpara (puede ser de sal); es muy importante cuidar la iluminación; colores cálidos (mejor evitar azules, grises y tonos fríos), o representación de figuras humanas o animales (fotos divertidas o cuadros que nos inspiren).
La regla es que no nos dé sensación de frío cuando entremos en él.
Asimismo, observaremos si todo está en perfecto estado: si tienes algún tipo de fuga o rotura, es muy buena idea repararla.
Al fin y al cabo, es un lugar maravilloso para cuidar de ti mismo, de tu imagen y de tu higiene. Aprovechemos al máximo su toque de intimidad. Transmutemos su matiz negativo haciendo de él un lugar realmente apetecible.